jueves, 13 de julio de 2017

Látrabjarg

Al llegar al puerto de Branslaekur ya en la península de Vestfirdir, los fiordos del noroeste, el paisaje ha cambiado, la vegetación es más rala, solo unas pocas herbáceas y flores alpinas en hábitat de tundra, no hay árboles ni arbustos, los acantilados están trillados por la nieve y el hielo que cubre todo ésto durante meses, las montañas están pulidas por antiguos glaciares.

Nos dirigimos al oeste, primero el mar nos queda a la izquierda, después la carretera vira al norte, asciende y vuelve a descender por la cara norte de las montañas, la bajada es un pequeño y empinado puerto, la carretera se retuerce, hay una vista del paisaje quita el hipo, una vez abajo, ya en otro fiordo se termina el asfalto y seguimos por un camino, otra vez rumbo oeste. Pasamos al lado de playas con gaviotas hiperbóreas y eideres, hay una colonia de charranes árticos ya con pollos en el mismo camino, hasta que de repente se termina, se acabó la tierra hacia el oeste, estamos en el punto más occidental de Europa si exceptuamos las Azores. A solo 300 kilómetros, la próxima costa es ya Groenlandia.

Hace tiempo que luce el sol, son las 21:15 pero la luz es increíble, hay un pequeño faro sin torre, es solo una especie de bloque blanco bastante bajo con la lámpara que alumbra solo los 180º que miran al mar, a sus pies, y desde allí hacia la izquierda se extiende la mayor colonia de aves marinas de Europa (Latrabjarg), un acantilado de 14 kilómetros de longitud repletos de araos, alcas, frailecillos, fulmares, gaviotas tridáctilas. Hay muchos miles de aves marinas, los que primero se ven son los frailecillos, quizá es el momento álgido del viaje.

Me ha costado mucho elegir las fotos, hice muchas y me dejo casi todas para mí, hacer fotos aquí no tiene demasiado mérito, nunca había visto una luz así y las aves no tienen miedo.

Frailecillo (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17
Frailecillos

Frailecillo (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17
Fralecillo
La luz que va bajando de intensidad y cambiando de matiz juega con el plumaje y los colores.
Frailecillo, (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17 

Los frailecillos están en la parte alta del acantilado, sus nidos justo bajo la hierba, en agujeros hechos en la delgada capa de tierra , aún no tienen pollos, se mueven despacio, caminan graciosamente a tu lado, te miran y siguen con su vida.

A la misma altura o un poco más abajo están las alcas, delineando con sus contrastes.

Pareja de alcas (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17
Alca, formas y líneas (Latrabjarg, Islandia)
Un poco más abajo, cría una de las especies que más ganas tenía de ver, un especialista del ártico que apenas se mueve hacia el sur en invierno, sigue viviendo muy cerca del hielo marino en la estación fría, el Arao de Brunnich.

Arao de Brunnich (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17
Mirando hacia el acantilado, una muchedumbre de aves habían cogido su sitio en las repisas, estas vistas se extendían por kilómetros, en el mar flotando y volando más miles de aves, es una visión abrumadora.

Latrabjarg en todo su esplendor (Islandia)
De repente detrás, se mueven dos pequeños animales, pequeños, pero mayores que cualquier ave, es otro de los que tantas veces he visto en documentales, y que nunca pensé tener tan cerca, juegan con los restos de un pájaro que han cazado y pasan corriendo entre nosotros....son dos zorros árticos.

Zorro ártico (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17

Zorro ártico (Latrabjarg, Islandia) 24-6-17
A las 11 de la noche se oye ladrar a un zorro ártico lejano, en esta tundra aparentemente desierta pero llena de vida.

Me quedo con muchas fotos, con pinturas y sobre todo con el recuerdo de un lugar increíble del mundo.

Esa noche dormimos a 2 kilómetros del acantilado, en la playa de Brunnar, para volver al día siguiente. 

1 comentario:

  1. Hola Jorge. Me están gustando mucho estas entradas sobre Islandia. He viajado muy poco, pero hace tres años tuve la suerte de hacer un viaje muy parecido al vuestro, así que me trae grandes recuerdos.
    Pero de todos los sitios, sin duda Latrabjarg es el lugar más increíble que he visto nunca. Me hubiera quedado allí días y días. Las horas se pasaban sin darse uno cuenta. Nosotros no tuvimos la suerte de ver el zorro, vaya momento!
    Sin embargo, desde hace años vengo leyendo el casi fracaso completo año tras año de la reproducción de los frailecillos y datos muy malos para el resto de marinas. Y es cierto que era casi imposible ver un frailecillo llegando al acantilado con ceba en el pico. He visto que hay varias hipótesis planteadas, pero el hecho es que la situación no mejora.
    Bueno, lo dicho, gracias por contar tu viaje por esas increíbles tierras.
    Un saludo.
    Jesús

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